sábado, mayo 02, 2009

'Venganza por uno de mis dos ojos', de Avi Mograbi

Fui al jardín de infantes de una institución judía, en la que también cursé la primaria. El secundario lo hice en otro colegio judío, en el que no tenía demasiados amigos porque mi círculo más cercano lo había hecho en un club en el que conocí a cientas de personas cuyos apellidos terminaban en 'ainstein', 'novich' y donde también me encontré con varias generaciones de Levys y de Cohens

La historia de Israel, sus objetivos como Estado y sus formas son retratados en esas instituciones de forma muy particular: todo lo pasado es contado en forma de cuento, en el que el judío siempre sufre atrocidades pero siempre sale más o menos vivo para contarlo, porque todo, siempre, hay que contarlo. Allí no cuentan exactamente qué es lo que hacen los soldados israelíes en sus fronteras (o en lo que ellos consideraron que eran sus fronteras). Allí no se pone demasiado en duda que todos los hombres le dediquen tres años de sus vidas al servicio militar (más un mes por año, hasta los 40, como reservistas). En esas instituciones no demasiadas personas se preguntan qué tipo de ideología te impone un ejército en el que pasás tres años de tu vida. En las mesas de los countrys de esos clubes se pregunta por cómo anda la familia de Tel Aviv. Cuando mi primo estuvo en el ejército supe que estuvo en la aviación y que después de los tres años obligatorios, se quedó trabajando otros dos, como si fuera un trabajo más. No podía decir qué hacía, porque era secreto, pero parecía que le gustaba

Esta peli pone el dedo, justamente, en la forma en la que se reconstruye una historia, en este caso, la leyenda sobre Masada, y sobre cómo es la relación del estado israelí con sus vecinos. No sé qué dirían mis maestras de primaria si la vieran, me parece que se escandalizarían. Ni hablar de mi tío Mario. Creo que pararía hasta conseguir la dirección de mal del director para enviarle su opinión

'Venganza por uno de mis dos ojos' es parte de la retrospectiva de Avi Mograbi, que se está dando en la Sala Lugones, que, por otro lado, podrá tener mucha fama de ser la sala más grosa del cine arte, pero también vale decir que está llena de viejos que se la pasan chistando apenas se apaga la luz. Acá y acá hay más data al respecto y hay varias pelis que siguen esta línea de documental político autobiográfico

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