El pibe futbolín puede hablar de fútbol a casi cualquier hora, en cualquier lugar, con cualquier otro pibe futbolín. Si no encuentra un interlocutor tan informado y apasionado, como suelen ser los futbolines, no se preocupa mucho y habla con alguien inferior, aunque sea un ratito. Para un futbolín siempre es mejor hablar de fútbol que no hacerlo
El pibe futbolín no sólo mira, escucha y lee fútbol, sino que también juega. Tiene su ropa de futbolista y en la semana se queda pensando en las jugadas que hizo en su partido. Si no se va a la playa, en las vacaciones sufre abstinencia. Si se va de vacaciones con su novia a la playa, se prende en cualquier picado
El pibe futbolín no siempre tiene un padre futbolín, pero su sueño siempre es que su hijo sea futbolín
El pibe futbolín mide el paso del tiempo a través de los mundiales. Si le preguntan, por ejemplo, qué hizo en el 98, primero piensa en el mundial de Francia y a partir de ahí busca la respuesta correspondiente
El pibe futbolín quiere creer que creció, que ya no volverá a llorar por su club y que un clásico perdido no volverá a arruinarle un domingo, pero no siempre es tan así y a veces vuelve a ser ese pibito futbolín que se encerraba en su cuarto cuando su club era goleado
El pibe futbolín no sólo cree sabe de fútbol, sino también de periodismo deportivo
El pibe futbolín es un término que inventó Diego, el hermano de mi amigo Fede, para definirnos a mi amigo y a mi
Yo soy un pibe futbolín, a toda honra, y exactamente por eso abrí este blog que, lógico, se llama Pibe Futbolín. Pasen y lean, no les puedo adelantar mucho más porque no lo planifiqué demasiado, se me ocurrió este blog hace poco y lo abrí apenas tuve un ratito libre. Lo único que tengo claro es que tenía ganas de escribir de fútbol porque soy un pibe futbolín que escribe
viernes, enero 23, 2009
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