martes, septiembre 04, 2007

'El cartero llama dos veces', de James M: Cain

'Me guiñó un ojo y se fue al piso superior. Ella y yo nos quedamos solos, sin decir palabra. Cuando bajó, el griego traía una botella y una guitarra. Nos sirvió un poco de la bebida, pero era uno de esos vinos griegos dulces y me cayó mal. Empezó a cantar. Tenía una voz de tenor, no como esos tenorcitos que se oyen por la radio, sino de un sollozo, como en los discos de Caruso. Pero ahora no podía escucharlo. Cada minuto que pasaba me sentía peor

El griego observó mi cara y me llevó afuera

- Aquí, al aire libre, se sentirá mejor
- No es nada. Dentro de un instante estaré bien
- Siéntese y no se mueva
- Entre y no se preocupe por mí. Lo que pasa es que hoy he comido demasiado. No es nada

Entró, y un segundo después vomité todo lo que había comido. Pero no era por el almuerzo, ni por las papas, ni por el vino. Era que ansiaba tan desesperadamente a aquella mujer, que ni siquiera podía retener nada en el estómago'

Anoche terminé de leer este libro que me gustó tanto que quise postear algún fragmento. El súper directo se sostiene en todo libro y por momentos me dejó sin aliento. Harto recomendado

1 comentario:

Verte dijo...

Por eso amo tanto los libros y los prefiero a las películas.
En pantalla lo verías simplemente vomitando y no podrías saber por qué.