viernes, agosto 11, 2006

Libros de invierno

Durante el receso universitario leí tres libros que me regalaron para mi cumple. En realidad, uno está en proceso de lectura y otro a punto de ser terminado, pero me da tanta pena que no lo puedo terminar

'Nuevos cuentos de Bustos Domecq', de Jorge Luis Borges y Adolfo Bioy Casares: me lo regaló mi prima Dalia y no me alcanzan los días para agradecerle. Según la contratapa, se trata del último libro escrito entre estos dos genios y se nota bastante el estilo de cada uno de ellos en los distintos cuentos. En general, es gracioso, agudo y con una maldad que llega a doler. Me gustaron casi todos los cuentos y sobresale 'La fiesta del monstruo', en el que los autores se burlan ferozmente del peronismo

'La traición de Rita Hayworth', de Manuel Puig: no sé cómo describir todas las sensaciones que se me despiertan cuando leo a Puig. Es el tercer libro que leo de él y cada vez me gusta más. Cada capítulo está escrito en primera persona por los distintos aliados que tiene Toto, el protagonista. Son personajes que mantienen ciertas diferencias con el promedio de los habitantes de un pueblo polvoriento de la pampa argentina. Puig es un maestro a la hora de hacer hablar a la gente tal cual habla la gente y de recrear el espíritu que reina en el interior del país. Esa mezcla de bondad, aburrimiento, costumbrismo y chusmerío. Me faltan 20 páginas y me da mucha pena terminarlo

'El rey de la milonga', de Roberto Fontanarrosa: después de haberlo leído mucho a Fontanarrosa (sobre todo en historietas), me daba un poco de fiaca empezar un nuevo libro de él. Sentía que nada me iba a sorprender y que me iba a encontrar nuevamente con un compendio de historias más o menos graciosas, diálogos en mesas de bares y alguna conexión con el fútbol y el barrio. Este libro es, exactamente, más de lo mismo, pero no por eso es aburrido ni repetitivo. Fontanarrosa tiene un estilo muy propio y acá vuelve a desplegar su visión medio simplona de las cosas, pero siempre cómica. Además, sería una pelotudez pedirle otra cosa. No lo estoy leyendo en orden, sino que me fijo en el índice y elijo caprichosamente qué cuento leer. Es ideal para leer un cuentito por día y reírse un rato

1 comentario:

Verte dijo...

Puig es lo más. Saludos.